Barcelona y Málaga empatan 2-2 en cuartos de final de ida la Copa del Rey
Barça y Málaga volvían a verse las caras tras el choque del domingo. Pero nadie lo hubiera dicho. Las camisetas fueron las únicas que repitieron. Y Messi e Iniesta. A los ocho cambios que introdujo Tito Vilanova en su once respondió Manuel Pellegrini reservando a siete jugadores que habían sido titulares tan solo tres días antes. Y el encuentro terminó en un empate (2-2) que deja todo abierto para la vuelta de los cuartos de final de la Copa del Rey.
No estaban muchas de las estrellas pero fútbol hubo, y del bueno. Ambos equipos propusieron un juego abierto, atractivo, intenso. Al menos hasta que les duró la gasolina a los menos habituales. Hubo una parte para cada equipo y un resultado justo entre dos de los mejores conjuntos españoles.
En la primera mitad dominaron los azulgrana, jugando con comodidad, con Messi e Iniesta manejando el duelo. Alexis tuvo de nuevo claras ocasiones, aunque estuvo negado. El Camp Nou se debatió entre la protestas y el aplauso a un futbolista de gran talento pero escasa eficacia en su actual estado de ansiedad.
Con el Barça en velocidad de crucero, parecía solo cuestión de tiempo que abriera el marcador. Pero se vio sorprendido por el gol de Iturra. Fue un error repartido entre Pinto y Thiago. El portero cedió para el medio, que era vigilado de cerca, y este se confió. No tuvo ni tiempo de reaccionar antes de que el rival se le echara encima con un lobo hambriento.
El resto fue coser y cantar para el centrocampista del Málaga. Encaró a Pinto y le batió con un tiro raso, a un costado, mientras Thiago se lamentaba a unos metros de distancia. El hispanobrasileño estaba siendo uno de los mejores, pero este fallo fue un lastre para él durante el resto del partido.
El atrevimiento despertó a la bestia y no hay peor bestia que Leo Messi. Aun estaban celebrando los visitantes cuando el argentino atrapó una pelota en su campo, se marchó de dos rivales recorriendo la banda y, pese a tener perdida la posesión, luchó con Welington para robarle la cartera, enfilar la portería y batir a Kameni.
Puyol se agigantó, un minuto después, dentro del área del Málaga para rematar con la coronilla al fondo de la red un saque de esquina botado por Thiago. Welington le marcaba al hombre y se despistó. Recuperado el dominio en el marcador, el Barça siguió mandando en el juego pese a que los visitantes aumentaron su presión en el medio del campo.
Pellegrini había descubierto la fórmula para hacer daño a su rival. Activando el cerco sobre los centrocampistas, el Málaga consiguió enmarañar a jugadores de menos talento como Song o Montoya, provocando más pérdidas del Barça. Y así fue lanzando ataques cada vez más peligrosos a la par que el duelo iba perdiendo intensidad. El fútbol brillante y rápido de los locales en la primera parte desapareció tras el descanso.
Los técnicos intentaron reactivar a sus equipos tirando de banquillo. Y pareció lograrlo Tito dando entrada a Cesc y a Pedro. Nada más entrar, un pase del medio de Arenys lo buscaba el extremo cuando fue zancadilleado por Monreal. El defensa del Málaga, ubicado como último hombre, fue expulsado.
Con 2-1 en el marcador y ante 10 futbolistas, el Barça se confió. Entró Xavi para controlar los minutos finales, pero no lo logró porque el Málaga había crecido tanto que no se conformaba. Seba Fernández puso a prueba a Pinto y, cuando se llegaba al minuto 90, Camacho remató a gol una falta sacada por Duda.
El joven Ignacio Camacho, 'culpable' del primer gol azulgrana el pasado domingo con una fatal cesión hacia atrás, se resarcía logrando una diana que sitúa al Málaga con muchas opciones de pasar a la siguiente ronda de la Copa del Rey. La resolución, dentro de una semana.
No hay comentarios:
Publicar un comentario